La celebración de las elecciones generales en Bolivia deja un escenario que se encara hacia una segunda vuelta electoral. Los comicios, en los que el candidato a la reelección Evo Morales ha conseguido alrededor del 46% de los votos, y el aspirante a la presidencia Carlos Mesa en torno al 38%, han sido declaradas como irregulares por el segundo candidato.
Ante la negativa de la oposición a aceptar como certeros los resultados, la votación ha sido vigilada por más de 200 observadores. Vistos los resultados, en los que ninguno de los aspirantes ha conseguido más del 50% de los votos ni un 40% con una diferencia de 10 puntos respecto el segundo, no cabe la posibilidad de proclamar un vencedor y se debe volver a realizar la votación.
Ambos candidatos aseguran sentirse satisfechos triunfadores. Ahora solo queda esperar a que se realice la segunda vuelta, donde Morales intentará seguir gobernando y Mesa arrebatarle el poder que sustenta el primero desde 2006.