Las mañanas de RNE - Josep Cuní   Carabela portuguesa, un fenómeno cada vez más frecuente 01/08/2023 11:39

El cambio climático suma un nuevo síntoma este verano a nuestro país. El aumento de las temperaturas en los mares ha provocado la llegada a nuestras playas de la carabela portuguesa, una especie que vive en aguas cálidas, tropicales y subtropicales. Por ejemplo, en Euskadi se han detectado varios ejemplares y han tenido que cerrarse algunas playas. Aunque es un fenómeno que está caracterizado por varios factores, uno de los principales es el calentamiento de las aguas, según explica en Las Mañanas de RNE Elena Mauriño, bióloga del departamento del Mediterráneo/Medusas del Oceanogràfic de Valencia: "En el caso del Cantábrico se están registrando máximo históricos y esto hace un ambiente mucho más agradable para estas carabelas", apunta la bióloga. Este fenómeno es cada vez más frecuente en muchas costas de España, no solo en el Cantábrico porque en el Mediterráneo tampoco es común, pero están apareciendo: "Tenemos que esperar y ver cómo va siendo la evolución. No es un hecho puntual, porque no es la primera vez que estás apareciendo". No es una medusa, aunque pertenece al mismo gurpo y cuando la vemos nos lo pueda parecer: "La carabela portuguesa es un sifonóforo. Esta especie se caracteriza porque no es solo un individuo, es un organismo colonial, está formado por muchos individuos especializados en realizar diferentes funciones", explica Mauriño. Su veneno es más peligroso que el de las medusas, más urticante y provoca una quemazón mucho mayor: "No es mortal en la mayoría de los casos, aunque siempre hay excepciones. La característica es que estos animales tienen el cuerpo cubierto por una células urticantes que disparan como un aguijón que tiene unastoxicanas que pueden ser neurotóxicas o cardiotóxicas", apunta. Elena Mauriño explica que lo más importante si vemos una carabela portuguesa es nadar lejos de ella, no tocarla y salir del agua, aunque también aconseja evitar bañarse en la zona los días siguientes: "En muchas ocasiones se desprenden fragmentos de tentáculos -que pueden medir entre 10 y 20 metros- y también tienen células urticantes. Un pequeño trocito nos podría causar reacción". No solo influye el calentamiento de nuestras aguas, apunta la bióloga, sino la acción del ser humano, por ejemplo la sobrepesca o el vertido de contaminantes provoca una reducción de la biodiversidad de grande depredadores, que se encargan de alimentarse de estos animales. "Tanto las medusas como las carabelas son muy importantes en la ecología y el equilibrio de los ecosistemas marinos porque regulan la cadena trófica. Sirven de alimentos para otros grandes depredadores y se alimentan de placton."

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