La ministra de Educación, Isabel Celaá, ha apostado en ‘Las mañanas de RNE’ por utilizar lugares alternativos para dar clase, como el patio, la biblioteca o el comedor, para que, a partir de septiembre, todos los alumnos quepan en los centros educativos guardando la distancia de seguridad. “No creo que terminemos el curso en esta situación, se trata de arreglarse durante unos meses. Si los países nórdicos dan clase al aire libre con un clima mucho más frío, ¿por qué no vamos a poder hacerlo nosotros cuando haga buen tiempo?”, ha asegurado la ministra, que no ha aclarado cuántos profesores más harán falta para cubrir las nuevas necesidades. “Serán las comunidades las encargadas de fijar sus necesidades de personal”, ha dicho.
Celaá ha descartado reducir de un metro y medio a un metro la distancia de seguridad que se debe guardar en los centros y ha afirmado que, “en caso de que sea necesario hacer rotaciones, estas solo afectarían a los alumnos más mayores, nunca a los de infantil y primaria”. La ministra cree que los grupos estables de convivencia que propone el ministerio, con un máximo de 20 alumnos, “permitirán controlar muy bien la situación si se produce algún rebrote en un centro”.