Mariano Torcal, Catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Pompeu Fabra y Director del Centro de Metodología de Encuestas RECMS, ha dicho en Las mañanas de RNE que hay dos tipos de polarización. "Está la ideológica y la afectiva. Las dos han aumentado. La razón fundamental por la que ha aumentado la segunda, la más peligrosa, es porque el discurso político entre los actores se ha instrumentalizado apelando a elementos identitarios básicos llenos de adjetivos descalificadores del enemigo político. Se ha reducido al nosotros frente a ellos sin buscar puntos de encuentro", explica.
España no es una excepción, esto está ocurriendo en otras democracias. "Tampoco es de los países más polarizados. Ha aumentado, es alarmante pero no se puede decir que sea de los que más. En EE.UU. es mucho mayor", ha dicho.
Y una vez que se entra en la dinámica, los partidos no tienen incentivos para cambiar. "La polarización reduce el espacio de encuentro y de discusión sobre aspectos concretos de políticas y sus consecuencias. Se entra en una dinámica de descalificación del adversario sin ir a las razones de discrepancia. Esto tiene consecuencias porque afecta a actitudes y comportamientos de los ciudadanos. Cuando llega el proceso electoral, en vez de racionalizar los pros y contras de votar a determinados partidos, lo que hace es exonerar a su partido de toda responsabilidad, de lo que ha hecho o ha dejado de hacer. Genera grandes bloques de conflicto", analiza.