Tos, fatiga, eccemas, caída del pelo o incluso síncopes, son algunos de los síntomas que afectan a una de cada diez personas que ha superado el coronavirus, siendo especialmente recurrente en las mujeres de entre 35 y 50 años.
Delphine pasó el virus en la primera ola y, desde entonces, no dejado de sufrir síntomas, tal y como ha explicado en Las Mañanas de RNE. En su caso, el cansancio extremo, las taquicardias o la pérdida de masa muscular han provocado que haya tenido que limitar su vida a no salir de su domicilio más que para trabajar. Cristina, de 28 años, se infectó en agosto de 2020. Desde entonces, dice, se ha vuelto una persona "completamente dependiente" debido a los graves problemas de saturación que le provocan síncopes y le impiden desde estar sola, hasta conducir.
Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, considera que “no se ha dimensionado la importancia que tiene el Covid persistente”. Y es que, a su parecer, los esfuerzos se han depositado casi en exclusiva en la fase aguda de la enfermedad, así como en solventar la situación de los pacientes ingresados en las UCI. “Tenemos teorías de la causa y del origen del covid persistente, pero no evidencia científica que lo demuestre”, señala Armenteros.
Desde la asociación piden una normativa para asistir a estos pacientes, así como una atención integral y multiprofesional que les ayuda a resolver sus problemas de manera especializada.