La decisión de RTVE de no optar a los derechos de retransmisión de la Supercopa de España de fútbol masculino ha reabierto el debate del cumplimiento de los derechos humanos en Arabia Saudí. El torneo se va a celebrar durante los próximos tres años en el país arábigo, a pesar de las críticas de organizaciones que velan por los derechos básicos.
Toda esto llega en medio de un plan de modernización del reino emprendido por el príncipe heredero Mohamed bin Salmán. La nueva normativa permite, por ejemplo, conducir a las mujeres, pero continúa en vigor el sistema de tutelaje por el que las mujeres necesitan autorización y compañía de sus maridos o padres para realizar cualquier actividad cotidiana. Por eso, según denuncian organizaciones de derechos humanos este plan de bin Salmán es solo un leve maquillaje para la maltrecha imagen exterior de la monarquía. Una imagen que tuvo su peor momento hace un año con el asesinato en el consulado de Arabia Saudí en Estambul del periodista Jamal Khashoggi.