Las mañanas de RNE habla con Carmen Cabestany, presidenta de NACE (No al Acoso Escolar) en el Día Internacional contra el Acoso Escolar. Ha publicado el libro El bullying es cosa de todos para concienciar acerca de esta lacra que estaría detrás del suicidio de una joven de 20 años en Asturias: "Falta mucho camino por recorrer, cada vez se sabe más de esta cosas y vemos estos casos desgraciados, pero todavía falta que la gente se conciencie, que todos podemos hacer algo (...) muchas veces el acoso que se produce dentro del aula se traslada a otro espacio", indica Cabestany.
Y añade que un niño acosado tarda alrededor de 13 meses en verbalizar su situación por miedo y porque en muchos centros escolares no se toman las medidas pertinentes: "Existe la ley del silencio en las escuelas"; además, explica la incidencia del agresor sobre la víctima y su facilidad para "manejar a los demás para que nadie hable" y advierte de que un agresor se hace, muchas veces, en el entorno doméstico: "las primeras agresiones o comportamientos inadecuados los tiene con sus padres".
Esta profesora de secundaria señala cuáles son las razones por las que la víctima guarda silencio, "los miedos o la vergüenza frente a los suyos" y llama la atención sobre los signos a los que el entorno del agredido debe estar atento, "las 3 c": cambios del niño -notas, carácter o amistades-; cuerpo del niño acosado, "parecería que se hunde bajo el peso del maltrato"; y campanas o novillos, no quiere ir al colegio porque allí es donde es machacado.