La revista Granta acaba de publicar la selección de jóvenes autores en español menores de 35 años. Nos han acompañado dos de ellos, Irene Reyes Noguerol, autora, entre otros trabajos, 'De Homero y otros dioses', editado por Maclein y Parker, y Munir Hachemi, autor de 'Cosas vivas', publicado en Periférica.
Reyes Noguerol nació en Sevilla en 1997 y con 18 escribió su primer libro 'Caleidoscopios'. Ha estudiado Filología Hispánica. "Mis abuelos memorizaban poesía. Mis padres son docentes los dos y desde pequeña me han inculcado el amor por las letras, desde los cuentos. Más adelante me sumergí en la escritura", ha contado. Ganarse la vida con la escritura es difícil. "En España cuatro personas pueden vivir de la literatura. Tengo vocación docente muy fuerte, y estoy preparando oposiciones para profesora de Lengua y Literatura en enseñanza secundaria. Me gustaría compaginarlo con la literatura", explica. Cree que todo lo que ha ocurrido durante la pandemia calará en la literatura. Y ya tiene un nuevo proyecto. "Estoy escribiendo un libro de relatos, textos híbridos, una mezcla entre lo lírico, lo dramático y lo puramente narrativo. Estoy intentando crear un libro donde se traten las relaciones familiares complicadas, las sensaciones de angustia y soledad", ha avanzado.
Hachemi nació en 1989, es hijo de un argelino y de una andaluza. Sabe lo que es autoeditarse y vender su novela por las terrazas de Lavapiés, hasta que pudo publicar en Periférica. "Siempre que me entrevistan o tengo estas posibilidades de visibilidad me pregunto qué puedo decir. Más allá de nuestra experiencia escritora, somos personas normales. Para alguien que vendía fancines de mano en mano, es raro", explica. Pasó parte de su infancia en Argelia y cuenta su percepción de la diferencia en la forma de contar historias aquí y allí. "Estamos sumidos en un sistema de mercado, que incluso llega a tomar las historias. Tenemos una idea de la eficiencia, de transmitir mucha información con pocas palabras, con un tiempo muy segmentado para contar. Pero siempre he vivido en el Magreb, y con mi padre, otra percepción del tiempo. También con mi abuela de Estepona. Es el narrar por narrar, la idea de contar para mirar a otra parte por el propio placer de narrar. Creo que se está perdiendo en buena medida", ha dicho. Y ha avanzado su próximo trabajo. "Me interesa mucho el problema de la utopía y las distopías. Tengo un texto sobre la construcción de una sociedad utópica y que lo utópico visto desde hoy pueda parecer horroroso", ha explicado.