María trabajaba en una escuela infantil y por la crisis desatada por el coronavirus se ha visto afectada por un ERTE, pero todavía no ha cobrado su prestación. Salen adelante por sus ahorros y por el sueldo de su marido, que también ha sufrido un ERTE. "Vamos tirando, pero no tenemos un colchón suficiente para estar tres meses sin cobrar", admite.
Fernando Morales tampoco ha cobrado nada desde que su empresa le comunicó que iba a hacer un ERTE. "Tenemos pequeños ahorros y una prestación por desempleo de mi mujer. El futuro lo veo complicado porque va a faltar carga de trabajo al volver."
Irene tiene 22 años y trabaja en una cadena de restaurantes de cómida rápida y tampoco ha recibido la prestación. "Espero poder cobrarlo en mayo. Veo muy difícil que el restaurante vuelva a la situación anterior. Además se me han paralizado las prácticas de mi FP."