La solidaridad tras la guerra de Ucrania se extiende entre las localidades españolas y no solo en las más grandes. Paredes de Nava se encuentra en Palencia y con apenas 2.000 habitantes ha comenzado un proceso de acogida de refugiados. Dimitri ha sido el ciudadano ucraniano encargado de trasladarse a la frontera para traer a los, por ahora, ocho compatriotas que se alojan en dependencias del ayuntamiento. “Tenemos pensado hacer más viajes ahora que estamos en contacto con la gente de la frontera”, comenta en Las Mañanas de RNE.
El alcalde de la localidad, Luis Calderón, explica que tras un acuerdo municipal unánime se decidió ayudar “con la vivienda, el viaje y con los gastos de mantenimiento” y añade que cada vez son más los pueblos vecinos que les llaman para saber cómo pueden ayudar. Un ejemplo es el caso de Villada, con menos de 1.000 habitantes, y cuyo alcalde, Manuel Gallán, asegura que ya tienen preparado el albergue municipal para que los refugiados se encuentren en "las mejores condiciones cuando lleguen". En ambos casos, la solidaridad de los vecinos y de las instituciones está haciendo posible la creación de esta red de acogida, gracias a la cual las familias podrán encontrar un espacio de paz hasta poder regresar a sus hogares.