Los crímenes machistas se han disparado coincidiendo con el levantamiento del estado de alarma. Son ya 16 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en lo que va de año, la mayoría en las últimas semanas. Nos trae los datos y el análisis Alba Urrutia.
También hablamos con Natalia Morlas, presidenta de la Asociación "Somos Más, mujeres sobrevivientes de la violencia machista", que asegura que estas cifras se podían haber evitado. "Hay que poner más medios, más protección, necesitamos que se nos tome en serio, que el foco se ponga en el agresor, que sean ellos los que estén totalmente vigilados. No nos sirve que lleven una pulsera que a 200 metros empiece a pitar. Cuando se activa, se activa el aparato que llevan las mujeres, y tienen que salir corriendo. Las convierte a ellas en prisioneras", denuncia. Hacen una labor de educación y concienciación, pero pide que se haga desde los primeros años de escolarización. "Cuando vamos a dar charlas se palpa en el aire, ves que una chica quiere hacer una pregunta y el chico la abraza y baja la mano. Esa chica ya no va a preguntar. Hay que educar desde que son pequeños, desde infantil. Educarlos en igualdad. Hay que educar a los padres y formar a cualquier profesional que intervenga en un proceso de violencia de género", reclama.
Cuando las mujeres se ponen en contacto con su asociación, están al límite y no pueden más. "Llegan destrozadas física, psicológica, sexualmente. Los agresores utilizan a los hijos como mero objeto para hacer daño a las madres. Vienen destrozadas, sin autoestima, sin vida laboral. No les dejan trabajar para que no tengan amistades o relaciones que les ayuden a salir. Nosotras nos sentamos con ellas, en un bar, no tenemos medios para tener una oficina. Hablamos con ellas, nos cuentan su caso, nos exponen lo que está pasando. Si están decididas a denunciar les dotamos de medios, las acompañamos a denunciar", ha contado. Pero muchas mujeres eligen quedarse con su maltratador por los hijos. Hacen de escudo. "Saben que los maltratadores van a tener visitas con las criaturas. Prefieren aguantar los malos tratos porque se ponen entre el maltratador y sus hijos. Los golpes que se van a llevar sus hijos, los llevan ellas", ha dicho.