Gonzalo Fanjul, director de investigaciones de la Fundación porCausa, ha dicho en Las mañanas de RNE que el Pacto Europeo de Migración y Asilo que se debate hoy en Bruselas tiene el objetivo exclusivo de detener los flujos migratorios, porque los países miembros se han puesto de acuerdo para impermeabilizar las fronteras exteriores y militarizar Frontex.
Cree que han llegado a un mal acuerdo para repartir la responsabilidad del desplazamiento forzoso, distribuyendo a los solicitantes de asilo o pagando por aquellos que no quieran acogerlos. Y dice que se habla de solidaridad, pero no del interés propio, porque el 80% de los migrantes son trabajadores de la UE. Pone el caso de Ucrania como ejemplo de que la llegada de 7 millones de refugiados no supuso la caída de las estructuras europeas.
Considera que hace falta racionalidad: "vías legales y seguras, ofrecer la oportunidad de venir de manera legal a ocupar un trabajo que necesitamos de manera desesperada. Nuestras economías van a necesitar muchos trabajadores. Nos quedamos atrás en una carrera global en el talento." Y concluye que es un mal pacto, una visión miope que se nos va a volver en contra más pronto que tarde.