Javier Gomá, filósofo y director de la Fundación Juan March, ha dicho en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso que nuestras expectativas para 2021 son altas, pero que si las rebajamos podemos caer en la desesperanza.
Ha reflexionado sobre la condición humana y todos estos meses de pandemia. "Es curioso que el calor de los afectos pueda ser interrumpido por el viento helado de una pandemia y la espontaneidad con la que uno y otro se abrazan, se besan, los amigos, los novios, esa proximidad, esa promiscuidad que hace que los cuerpos se acaricien, queda interrumpida por una pandemia que hace de la espontaneidad es una coartada para la muerte."
Ha sido un año en el que muchas familias han perdido a sus seres queridos. "Por experiencia, diría que el tiempo no cura, distrae," explica. Y añade que el resto de la humanidad que sigue viviendo con normalidad, también lo vivirá en algún momento. "Todos compartimos la misma condición mortal."
Lo que más le impresiona es la vulnerabilidad que ha demostrado la pandemia. "Nos ha demostrado que la humanidad en su conjunto como especie es también vulnerable y susceptible de peligro e incluso de una hipotética extinción. Eso debería llevarnos a cuidarnos como individuos y como especie."
