Va a ser una semana clave para los hospitales vascos, que estos último días están afrontando un aumento de los ingresos por COVID19. De hecho, las autoridades han anunciado la suspensión durante dos semanas de toda la actividad quirúrgica no urgente ante el incremento de ocupación de las UCIs, donde hay ingresadas más de 200 personas. La mortalidad es del 15% con una estancia media de tres semanas. La incidencia acumulada es de 544 casos por cada 100.000 habitantes, la más alta de España.
Desde el Hospital de Basurto Txemi Kintana nos cuenta que los sanitarios están agotados. Amaia Mayor, delegada del sindicato de enfermería Satse, explica que están hartos y en cierto modo enfadados. "Se repite la situación una y otra vez, el mismo escenario de la primera ola", ha dicho. Y así explica la situación actual. "Aquí en Euskadi tenemos una prevalencia alta de la cepa británica. No tenemos que perder de vista que nos encontramos en las fechas posteriores de Semana Santa y de los partidos de fútbol. La gente está cansada, tiene ganas de moverse", cuenta. Sobre la posibilidad de la vuelta a la movilidad tras el próximo 9 de mayo, se muestran reticentes. "Nuestras compañeras enfermeras y el resto de sanitarios temen el aumento de la movilidad. Se está moviendo al personal de quirófano a críticos. Todo el personal que está siendo contratado para hacer frente a la pandemia se le cambian las condiciones de trabajo. Les dan turnos de una semana para otra, se cambia según las necesidades de atención COVID o vacunación. Es una gran carga psicológica para las enfermeras que llevan trabajando ola tras ola", concluye.