El entrevistado insiste en que antes se consideraba que el haber sostenido una opinión no era óbice para después poder integrarse en el Tribunal
A José María Macías, magistrado del Tribunal Constitucional, sus compañeros le han apartado de cualquier debate que tenga que ver con la Ley de Amnistía. "No comparto el criterio, no lo compartí antes, no sigo compartiéndolo después, pero obviamente lo acato", admite Macías en Las Mañanas de RNE con Josep Cuní. Cuando el magistrado era vocal del Consejo General del Poder Judicial impulsó la oposición a esta ley con dos informes críticos, hecho sobre el que dice que la decisión del Tribunal, si se hubiera planteado hace dos años, hubiera sido otra: "Entonces se decidió que haber sido vocal del CGPJ y haber formulado y presentado un informe crítico con una ley no era motivo para abstenerse", expresa.
"El Tribunal Constitucional tiene muchos pasillos y en los pasillos se habla y desde luego me había llegado esa posibilidad", admite Macías, que manifiesta que le constaba que había "opiniones opuestas" y que algunas suponían "contradecir o al menos modificar la doctrina anterior", e insiste en que antes se consideraba que el haber sostenido una opinión no era "óbice" para después poder integrarse en el Tribunal: "Lo que se espera de un magistrado del Tribunal Constitucional, no es que acuda a las deliberaciones de los asuntos con la cabeza vacía, sino con la mente abierta", añade.