¿Cómo ha evolucionado estas últimas décadas la peligrosa ruta canaria?
El 28 de agosto de 1994 llegaba el primer cayuco a las costas canarias, concretamente a la isla de Fuerteventura. José Antonio Rodríguez Verona, responsable autonómico de Primera Respuesta de Emergencia para Población Inmigrante de Cruz Roja Canarias, vivió aquellas llegadas, ya que lleva trabajando con Cruz Roja desde 1992. José Antonio nos cuenta que durante los primeros años, las llegadas eran "sorpresivas" e incluso los vecinos o desde las playas se avisaba de que habían encontrado las embarcaciones: "Desde Cruz Roja en ese momento no estábamos preparados para esa llegada", explica. Rodríguez cuenta que en un momento inicial atendían a los migrantes "con ropa que nos dejaban algunas organizaciones de la propia isla y con vestuario o mantas que nos dejaban hasta los propios hoteles".
Quienes conocen el funcionamiento de esta ruta canaria, dicen que ahora son más largas y mucho más inciertas. Rodríguez explica que la dureza de las travesías depende de la isla a la que llegan las embarcaciones. Las pateras que navegan hasta El Hierro, suelen salir mucho más al sur del continente e implica, como mínimo, nueve días de ruta. Esto conlleva problemas sanitarios como hipotermia o deshidratación.
Desde 1994, también ha cambiado la gestión de las llegadas. Se han establecido protocolos de actuación para atender a las personas migrantes: se valora su estado de salud y posibles patologías crónicas, si necesitan asistencia sanitaria, se localizan unidades familiares dentro de una embarcación... Un protocolo que se ha ido definiendo "con el paso de los años", cuenta este trabajador de la Cruz Roja. "Ha tenido que pasar tiempo para poder estar bien coordinados. En este momento creemos que estamos dando una respuesta adecuada a las personas que van llegando", valora y pone como ejemplo la atención que se presta y cómo se coordinan estas llegadas en la isla de El Hierro.