Manuel Ricardo Torres, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide y experto en terrorismo yihadista, sobre el atentado en Moscú
Rusia sufrió el pasado viernes un ataque terrorista en la sala de conciertos de Moscú, Crocus City Hall, que ha dejado al 137 fallecidos. El atentado fue reivindicado por el Estado Islámico del Jorasán (ISIS-K), una de las franquicias del grupo yihadista Estado Islámico o Daesh.
En Las Mañanas de RNE, Manuel Ricardo Torres, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Pablo de Olavide y experto en terrorismo yihadista, habla de este grupo: ”Es la constatación de una amenaza que conocemos desde hace tiempo. Éramos conscientes del reagrupamiento y la fortaleza creciente de algunas facciones de Estado Islámico” y añade que Rusia no se escapaba de esta amenaza. ¿Está la UE más expuesta que ayer a un atentado? Torres apunta que está en el "mismo nivel" pero cuando se produce un atentado, la percepción de que la amenaza es mayor se suele generalizar: "De manera continua, las fuerzas de seguridad están neutralizando e impidiendo este tipo de complots. La amenaza no ha desaparecido del horizonte", explica.
Rusia tiene territorios con amplia mayoría de población musulmana ”y esto en sí mismo ya genera una base de partida para que el reclutamiento y la radicalización sea más elevada que en otros países”, señala Ricardo Torres y alerta que a esto hay que sumarle que las detenciones y las torturas por parte del gobierno ruso a los acusados del atentado, que se han hecho públicas y pueden “incentivar los deseos de venganza” por parte de sectores de la población rusa.
La intervención rusa en Siria y su participación en el Sahel, “en la que se vanagloria de luchar contra el terrorismo” han podido tener un “efecto bumerán”, explica el catedrático y añade que esto “no solo afectará a esos grupos vinculados con Rusia, sino incluso a aquellos otros países que sin haber participado en este tipo de actos, vamos a ser señalados igualmente”.