Se cumplen diez años de la tragedia de Lampedusa en la que fallecieron 368 migrantes y una década después, los flujos migratorios son constantes en España: en las últimas 24 horas, nueve embarcaciones han arribado a las islas Canarias, siete de ellas a Lanzarote y las otras dos a Gran Canaria; en ellas se encontraban ciudadanos de Guinea, Mali o Senegal, como las 170 personas que han llegado a la isla de El Hierro durante la pasada madrugada.
Ante estos movimientos, José Antonio Rodríguez Verona, responsable autonómico de primera respuesta de Emegencias para Población Inmigrante en las islas Canarias de Cruz Roja, señala que su responsabilidad es atender a las personas que llegan "lo mejor posible", sin tiempo de pensar cómo se soluciona el fenómeno de la migración. De momento, señala, los centros cuentan con capacidad suficiente y los voluntarios disponen de energía para seguir atendiendo a las personas con un objetivo: "Que cuando lleguen, sean tratados lo más dignamente posible para que sigan su ruta migratoria".
En relación a las llegadas masivas de migrantes al muelle de Arguineguin durante la pandemia, Verona explica que son imágenes que no se han repetido: "fue un momento bastante complicado, no había estructuras, era la parte inicial de asistencia humanitaria y sanitaria".