Miguel Ángel Blanco tenía 29 años cuando fue asesinado por ETA. Acababa de encontrar su primer empleo como economista y planeaba comprarse un coche y casarse con Marimar, su novia de siempre. Era hijo de inmigrantes gallegos; su padre era albañil y él, a veces, hacía de peón. Quienes le conocieron dicen que era sociable, inquieto y luchador y, tal vez por eso, terminó en la candidatura municipal del PP de la mano de un amigo de la universidad cuando pocos se atrevían y las listas se llenaban con gente de fuera. El partido cuadriplicó sus votos y entró en el ayuntamiento de Ermua. Era una víctima fácil, le gustaba ser puntual y cogía el tren a la misma hora todos los días. Le gustaba leer 'El señor de los anillos', aunque su verdadera pasión era la música. Tocaba en grupo con sus amigos y coleccionaba discos y camisetas de Héroes del Silencio antes de convertirse en el asesinado número 778 de la banda terrorista ETA.
Las mañanas de RNE - Josep Cuní
Miguel Ángel Blanco, un joven normal objetivo fácil para ETA
08/07/2022
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