La Franja de Gaza es una de las zonas de actuación de la organización Médicos sin Fronteras alrededor del mundo. Carolina López es coordinadora de emergencias y ha contado en Las Mañanas de RNE la frustración que siente después de haber estado allí: "Sabemos que no va a ir a mejor y que dejas allí a tus compañeros y las personas con las que has estado trabajando, es muy triste". López explica que en su proyecto trabajan unas 120 personas, entre las cuales hay médicos, enfermeros, y equipos de logística como administrativos o conductores.
López cuenta que es complicado de explicar lo que se vive allí dentro: "Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero aquí no: aquí vale lo que sientes estando allí dentro. Es una mezcla de impresiones y sentimientos difícil de explicar".
Además, su trabajo se complica porque no tienen lugares donde ejercerlo: "No hay sitios donde poner centros de salud, ni medicinas", narra López que admite que, viviendo esta situación, a veces llega a pensar que "no queda humanidad". A eso se le añade la noticia de que varios países han retirado su financiación a la UNRWA, lo que la coordinadora de Médicos sin Fronteras cataloga como "auténtica catástrofe" y espera que los gobiernos reconsideren su posición: "Desde luego en la situación en la que está ahora mismo Gaza no se puede permitir esto", sentencia López.