El papel de los rastreadores va a ser clave en los próximos meses. Los rastreadores tendrán que localizar y hacer seguimiento de las personas que hayan estado al menos 15 minutos a menos de 2 metros de una personas contagiada de coronavirus. Su labor será fundamental en plena apertura, para dar con nuevos casos y poder cortar posibles cadena de contagio.
En Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso, hablamos con Óscar Lecea, jefe del servicio de Apoyo a la Gestión Clínica y Continuidad Asistencial y coordina el equipo de profesionales que se dedican al rastreo de contactos de pacientes COVID-19 en Navarra. También nos acompaña Manuel Ballesteros, enfermero del centro de Salud Carrión de los Condesy uno de los 22 rastreadores que hay en Palencia. El trabajo de rastreador, de la manera que está planteada ahora, no existía. Sí hay una figura parecida para el seguimiento de determinadas enfermedades trasnmisibles, como las de transmisión sexual. ¿Qué formación debe tener? Un rasteador debe tener capacidad de comunicación por teléfono, además de conocimientos médicos. Ballesteros nos cuenta que ha recibido cursos de formación -desde marzo, intensificados en mayo- sobre habilidades telefónicas y en el protocolo sobre el seguimiento epidemiológico. "En el momento en el que un paciente se pone en contacto con el médico porque tiene sospecha de que pueda tener COVID, el médico prescribirá la realización de una PCR. Además de la prueba, el paciente rellenará una hoja en la que explicará quiénes son sus convivientes y sus contactos más estrechos. Cuando a las 24 horas tengamos el resultado de la PCR, si es negativo, en principio, el caso dejaría de ser sospechoso. Si fuese PCR positiva el paciente pasaría a estar en aislamiento, sus contactos entrarían en cuarentena y a los convivientes se les realizaría la prueba PCR. Se haría un contacto telefónico durante los 14 días tanto con convivientes, como con contactos estrechos" explica.
