La percepción que tenemos de la COVID-19 ha cambiado en estos 3 meses. Ahora conocemos que pueden quedar secuelas en los pacientes que han pasado la enfermedad. En Las Mañanas de RNE con Íñigo Alfonso hablamos con María. Ella tiene 27 años y le diagnosticaron coronavirus desde el 2 de abril.
Nos ha explicado que lo sigue teniendo y que "viene y va", tiene síntomas como dolores musculares en el pecho o cansancio. La última PCR que le han realizado ha dado negativo, pero señala que eso solo significa que no lo tiene en la garganta, por lo que no contagia el virus aunque lo siga teniendo. En su situación, es una de las impulsoras de la iniciativa 'COVID-19 persistente', que trata de unir a personas que han padecido o padecen coronavirus durante más de 30 días. Nos comenta María que muchas de esas personas les escriben e-mails diciendo que no les entienden, que piensan que es solo ansiedad.
Precisamente sus secuelas son unas de las más comunes en personas jóvenes, según nos ha contado la neumóloga del Hospital Universitario de Bellvitge de L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona) y miembro Unidad Funcional Multidisciplinaria PostCOVID-19, María Molina.
Es uno de los casos de broncolitis respiratoria, una secuela que no se ve a simple vista, requiere de una serie de pruebas como la espirometría que no se puede hacer si hay PCR positiva ya que pondría en riesgo a los sanitarios. Sobre esto, afirma la doctora que "el problema que tenemos básico es que muchas instalaciones no están adecuadas a pacientes de COVID-19" y reclama que faltan "muchos recursos para poder adecuar las instalaciones correctamente", tanto para visitar a pacientes como para realizarles puebas. Nos comenta además que en esta fase postCOVID-19 no hay nada escrito y que todo se está descubriendo ahora. En el caso de la gente mayor, señala que es donde está habiendo un mayor seguimiento a largo plazo porque "no sabemos si se van a recuperar o no". Las estancias largas en las UCI también favorecen la aparición de otras secuelas. Debido a esto, señala María Molina que las "unidades de control postCOVID-19 deben ser multidisciplinares" aunque afirma que eso es algo positivo de la pandemia, que se ha aprendido a trabajar de manera conjunta y que es lo que deberían hacer también las administraciones. Ha concluído señalando que "el código postal no debe ser una causa de que uno tenga acceso a unas instalaciones y unos medios" pero que están trabajando telemáticamente para ayudar a aquellos hospitales con menos recursos.