En Las Mañanas de RNE hemos hablado con Santiago Arribas, investigador del CSIC en el Centro de Astrobiología y uno de los responsables del desarrollo de uno de los instrumentos del telescopio James Webb, el "espectógrafo en el infrarrojo cercano" o "NIRPS" por sus siglas en inglés. Ha señalado que con el observatorio "van a poder saber si los planetas fuera del sistema solar tienen características compatibles con la vida", así como conocer su composición química, gracias, entre otros aspectos, al instrumento en cuyo desarrollo ha participado y que permite además conocer su profundidad física o su cinemática.
Además, ha indicado que la vida útil que se le augura al James Webb es de al menos 20 años, tiempo que esperan que podrá durar su combustible gracias a que se encuentra posicionado en un punto en el que la gravedad del sol y la tierra se equilibran y le permiten no tener que consumir grandes cantidades. Y confía en que en estos años les permitirá obtener datos de muy alta calidad, así como "realizar proyectos científicos muy interesantes".