Cuarta entrega de "Los clásicos nos esperan mañana" estructurada a partir de las declaraciones y reflexiones del cineasta Lois Patiño.
Cuarta entrega de "Los clásicos nos esperan mañana" estructurada a partir de las declaraciones y reflexiones del cineasta Lois Patiño. Un diálogo entablado en un ambiente hogareño donde Lois Patiño nos relata sus primeros intereses artísticos influenciados por la herencia familiar de pertenecer a una familia de padres pintores donde la pintura, la lectura y la escritura fueron base fundamental para su desarrollo artístico y personal. Su constante inquietud por el qué decir y el cómo decir en el arte visual lo ha llevado a generar una obra cinematográfica de gran envergadura donde temas como el silencio, lo espectral, lo fantasmagórico, el color, la transparencia, la luz o el no ver así como la espiritualidad y los diferentes más allás son parte de las travesías de su discurso. Un discurso que en esta ocasión estará acompañado de diferentes músicas que han influenciado su manera de escuchar o que pueden ser cercanas a su forma de ver o imaginar el mundo. Abrimos el programa con un pequeño extracto de la pieza número 3 de la obra Rothko Chapel del compositor Morton Feldman. En segundo lugar sonará el tema titulado "Spare Ass Annie and Other Tales", una colaboración de palabra hablada de William S. Burroughs con música de la banda de hip-hop estadounidense The Disposable Heroes of Hiphoprisy. En tercer lugar escuchamos el delicioso tema "Prophecy theme" perteneciente a la bso de la película "Dunne" realizada por TOTO y Brian Eno. Le sigue la canción "Ary Boy" de la cantante Shainko Namtchylak de su magnífico disco vocal "Cyberia". En quinto lugar escucharás la pieza "Mono no aware 1.1" de William Basinki y Lawrence English. En sexto lugar un extracto de"An white drop of morning dew" perteneciente al dúo japonés Opitope. En el puesto siete escuchamos un tema perteneciente a la bso de "Armonías de Werckmeister" de Bela tarr y Agnes Hranitzky compuesta por Mihály Vig Valuska y para finalizar suena la canción "Happy end" del magnífico y añorado Ryuichi Sakamoto.