Con esta afirmación el equipo de investigadores creen posible que los últimos restos de huesos podrían ser de Miguel de Cervantes, aunque nunca se tendrá la seguridad al cien por cien.
El cambio de ubicación de la iglesia, la incorrecta interpretación de los libros, el fiarse sólo de los clásicos, son algunos de los obstáculos con los que se han encontrado los investigadores a la hora de hallar los restos óseos del escritor.
Parece ser que las esquirlas, ni tan siquiera fragmentos de huesos, que se han localizado, junto a restos de monedas del tiempo de Felipe IV y restos textiles, es posible que sean del autor de El Quijote.
Junto a Cervantes hay también reducción óseas de 16 personas. Ahora van a extraer ADN de ésas evidencias, aunque será difícil al no poder cotejarse con otros datos de su familia, por tanto continuarán las investigaciones.
Además Marca España viaja al Valle del Jerte, ahora en todo su esplendor, porque están a punto de florecer los cerezos.
