Desde este año, las aerolíneas deberán mezclar con el queroseno como mínimo un 2 por ciento de combustible sostenible, SAF, en sus siglas en inglés. Este porcentaje irá creciendo progresivamente hasta el 6 por ciento en 2030, al 20 por ciento en 2035 y El 70 por ciento en 2050. Europa pretende reducir las emisiones de CO2 en la aviación en un 85 por ciento para 2050. Pero la producción de SAF actualmente es escasa y cara. Su precio puede multiplicar por tres el del queroseno. El sector calcula que desarrollar esta tecnología requiere de una inversión de 22 mil millones de euros para levantar 33 plantas de SAF. Supondría la creación de cerca de 300 mil empleos, y una aportación al PIB de 56 mil millones de euros. Airbus, el fabricante aeronáutico europeo está investigando tanto la producción de SAF como de hidrógeno, para propulsar aviones. Hablamos de la aviación que viene
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La aviación que viene.
30/12/2024
12:47