El ejercicio físico reduce hasta un 30% el riesgo de cáncer. También es muy beneficioso en pacientes que ya lo padecen, reduciendo un 20% el riesgo de muerte.
Este 4 de febrero es el Día Mundial contra el cáncer. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2050 los casos de cáncer aumentarán un 77% en todo el mundo, hasta alcanzar los 35 millones. En nuestro país, este 2024 se registrarán casi 287.000 nuevos diagnósticos, un 2'6% más que el año anterior.
Según un estudio de la Sociedad Española de Oncología Médica, el ejercicio físico reduce hasta un 30% el riesgo de padecer cáncer, pero también es muy beneficioso en pacientes que ya lo padecen, reduciendo un 20% el riesgo de muerte. Actualmente son pocas las unidades hospitalarias que recomiendan el ejercicio físico a la vez que el tratamiento contra el cáncer. Una de ellas es la del Hospital Severo Ochoa de Leganés, en Madrid. Su responsable de cáncer de mama, María José Echarri ha creado un grupo de pacientes que salen a hacer senderismo de manera frecuente. Nosotros nos hemos ido con ellas de ruta. Han sido 12 kilómetros por los miradores de Cercedilla (la sierra madrileña).
Por el camino vamos charlando con algunas de ellas. María Ángeles -la llaman Nines-. Tiene 46 años y cáncer de mama metastásico. Se lo detectaron en 2020, durante el embarazo y tuvo que abortar. A pesar la dureza de la situación, se enfrentó a un tratamiento de quimioterapia que compaginó con ejercicio. Nos cuenta que "el ejercicio me está ayudando muchísimo a que en todos mis controles mensuales mis defensas están siempre muy altas. En los tres años no he necesitado ninguna medicación para mis defensas, ni ninguna transfusión, ni nada".
Después de hablar con Nines, acompañamos a Raquel. Tiene 47 años y también cáncer de mama metastásico desde 2014 con afectación en los huesos. Ella habla de tumor invisible, reclama investigación y mayor información sobre este tipo de cáncer- Nos dice que "es un desconcierto el no saber cuándo te va a dejar de funcionar el tratamiento". En cuanto al ejercicio señala que "ha formado parte de mi tratamiento. Es como la pastilla que me tomo por las noches y como el tratamiento que me ponen cuando voy cada 21 días al hospital". Además, nos comenta que está "encantada con el grupo con el que hace senderismo. De esta manera, se ha conseguido humanizar esta situación. Y todo es gracias a la doctora Echarri".
Precisamente, un poquito más arriba nos espera María José Echarri. Ella es la responsable de todo esto. Es la oncóloga responsable de la unidad de mama del Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid). Creó el grupo en 2018, cuando empezaron a entrenar a un grupo de pacientes con cáncer de mama_ "en la pandemia conseguimos hacer entrenamientos desde casa conectadas con el entrenador, pero luego surgió la idea de juntarnos y hacer salidas a la montaña. Normalmente son 3 o 4 al año". Lo hacen con otros compañeros de soporte del hospital, como enfermeros y otros médicos. Cuenta que "el ejercicio físico es bueno antes del cáncer -porque produce una prevención de muchísimos tumores, durante la enfermedad -porque ayuda a mejorar el sistema inmune- y después del cáncer -porque ayuda a recuperarte y a que no aparezcan nuevos tumores-". Finalmente nos hace una confesión: se ha cogido el día libre en su trabajo para hacer la excursión y los enfermeros a veces vienen de guardias de 24 horas. Pero eso no es un impedimento para estar al lado de estas pacientes.