2035 ha sido marcado en el calendario europeo como el final de los motores de combustión interna con el objetivo de lograr cero emisiones de partículas nocivas, la descarbonización, al menos en lo que respecta al sector de la movilidad y más concretamente en el de la automoción.
Dicho de otro modo. A partir de 2035, dentro de doce años, no sólo no se podrán fabricar, ni siquiera se podrán vender vehículos que funcionen con motores de gasolina o diésel.
El progresivo envejecimiento del parque automovilístico español, algo que llevamos años anunciando de los riesgos que conlleva, tanto medioambientalmente como desde el plano de la seguridad vial, no parece encontrar solución. Y este anuncio parece que va a conseguir el efecto contrario, retrasar la renovación y que la media de edad aumente exponencialmente. Hay que trabajar por una movilidad segura, saludable y sostenible, pero no con imposiciones sino con convencimiento y entendimiento.
De toda esta situación que ha añadido más dudas e incertidumbres a los usuarios hablamos con Carlos Bustillo, presidente de la Asociación Madrileña de distribuidores de automoción (AMDA), y con Orestes F Serrano, Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL).