La subida del nivel del mar es evidente y además se acelera. Es mucho más rápida de lo que creíamos, como demuestra un estudio dirigido por el investigador del Instituto Español de Oceanografía Manuel Vargas. Y esa velocidad, apunta Jorge Guillén, del instituto de Ciencias del Mar de Barcelona-CSIC, nos obliga a ponernos las pilas.
Cada vez son más frecuentes los temporales, tormentas y DANAS... fenómenos adversos de una virulencia inusitada que causan daños extraordinarios en la costa: paseos marítimos destruidos, playas desaparecidas, escolleras demolidas... miles de millones de euros perdidos y que hay que volver a gastar para reconstruir infraestructuras que posiblemente tampoco resistan el siguiente embate de la naturaleza. En este momento el Ministerio para la transición Ecológica tiene en marcha 72 obras de adaptación en 22 de las 25 provincias costeras españolas. Los expertos abogan por un cambio de paradigma: retranquear paseos marítimos, derribar obstáculos, estabilizar las playas con sistemas dunares o construcción de espigones inteligentes donde sea factible. Y en litorales con mucha ocupación humana adaptar las construcciones haciéndolas permeables, flexibles... la foto de la costa tiene que cambiar y cuanto antes mejor. El tiempo vuela.