Hoy el Consejo de Ministros ha dado luz verde al plan MOVES III, que incluye ayudas a la compra de vehículos y a la instación de puntos de recarga. Ahora España tiene unos 8.000, pero el objetivo del Gobierno es llegar a los 100.000 en 2023 (incluyendo públicos y privados). Jon Basterra, responsable de marketing de la empresa Electromaps, subraya que España está en el vagón de cola de Europa y existe un "cuello de botella importante". Sin puntos de recarga, añade, es difícil que los ciudadanos se animen a comprar un vehículo eléctrico. No todos pueden instalar un punto de recarga en su casa o pueden enchufarlo en una plaza de garaje. Sin embargo, Arturo Pérez de Lucía, director general de la patronal de la movilidad eléctrica AEDIVE, cree que ya existe una red básica y ve viable la meta del ejecutivo si "se superan las barreras, como las licencias administrativas para la concesión de permisos" y otras limitaciones de los ayuntamientos. Luarentino Gutiérrez es delegado en Castilla y León de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos. Él explica que, fuera de las vías principales, es complicado tener puntos de recarga a mano en la España vaciada. También denuncia la "incertidumbre" de acercarse a un punto de recarga y no saber si funcionará o se podrá activar. A veces el operador sólo permite recargar a sus usuarios o cobra un mayor precio a los que no lo sean. Desde Electromaps avisan que por ahora la ley todavía no regula la interoperabilidad, es decir, que cualquiera pueda recargar en cualquier sitio. Sin embargo, el decreto que prepara el Gobierno parece que seguirá el ejemplo de Francia, donde sí es obligatoria.