Todos los profesionales que tratan con personas mayores saben que el amor no está reñido con la edad. Es la experiencia de Anna Gordillo, directora de la residencia El Recer en Castelldefels, donde su propia madre, al final de sus días, se enamoró de otro residente. Pero no todo el mundo acepta que septuagenarios o incluso personas más mayores tengan vida sexual y sin embargo, la creencia de que el impulso sexual decae con la edad es un mito. Lo asegura Andrés Vázquez Piñeiro, del grupo de trabajo Senior de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. "La función sexual solo se pierde con la vida" afirma. Le apoya la presidenta de la Federación de Sociedades de Sexología, Francisca Molero. "la idea de que la sexualidad se acaba con la edad es mentira", afirma rotunda.
Lo que también es cierto es que con la edad aparecen achaques que dificultan la actividad sexual: la menopausia y sus efectos (sequedad o atrofia vaginal) la andropausia (problemas de erección y de eyaculación) y enfermedades (desde la artrosis a las cardiopatías). Pero son obstáculos salvables con, sobre todo, paciencia. Para el psicólogo y experto en conducta sexual en edades avanzadas José Fernandes Pires puede ser la oportunidad de practicar un "sexo lento" y de prestar más atención a detalles que antes, con la impulsividad de la juventud, no se atienden. Y un consejo generalizado: la mejor lubricación se consigue con la práctica habitual.
Otro consejo es el de superar el "edadismo". Ese prejuicio que aplican los de menos edad a los mayores al considerar que no es adecuado para su edad. Los mayores, en una sociedad cada vez más longeva, no renuncian a ninguna de las opciones de felicidad que les ofrece la vida y reclaman su derecho a una vida sexual activa y plena.