La historia Alfreda Markowska, polaca romaní, nacida 1926 en un campamento itinerante, es la de decenas de miles de gitanos, que tuvieron que hacer frente al horror nazi.
En 1941, vivió la tragedia que marcaría su existencia. Su familia entera, unos 60 miembros, incluidos sus padres y hermanos, fue masacrada.
Bajo la protección que le daba su permiso de trabajo en los ferrocarriles, viajó a los lugares donde los nazis exterminaban a judíos y gitanos. Buscó a supervivientes y les procuró refugio y documentación falsa. Se estima que, ella sola, salvó la vida a medio centenar de niños.
En 2006, el presidente Kaczynski la condecoró, como reconocimiento a su excepcional labor. La noticia apenas trascendió, al igual que su reciente fallecimiento, el pasado mes de enero, a los 94 años.