Milagros Rendón

La mañana del 19 de julio de 1936, tras la llegada de las fuerzas procedentes de Marruecos, los golpistas se hacen dueños de Cádiz. Los opositores comienzan a ser llevados al Gobierno Civil y al Ayuntamiento, que se llenan rápidamente de presos. Milagros Rendón, una taquimecanógrafa de 29 años y madre de una niña de tres, es la única mujer entre el centenar de detenidos. A Milagros -que no había cometido delito alguno- se la representa como a una fiera que representa todo aquello que hay que exterminar. Su ejecución, el 31 de agosto, fué ejemplar y pública. Tanto, que hasta la recogió El Díario de Cádiz.