Érase un vez en Nueva York

Nueva York, el de Marilyn, Sinatra, Lennon o Warhol, y "despertar en la ciudad que nunca duerme, ser el "rey", en cita de su más emblemática canción,  New York New York (1977). Metáfora,"container", plató, megalópolis pero, sobre todo, imán, poderoso influjo sobre aquellos con la ambición del "éxito" o de liberarse de las cadenas de origen. Lorca, "poeta en N.York", o Buñuel transitaron sus calles en artistas con un sueño. "En un islote mínimo en medio de la bahía, la Estatua de la Libertad..." bailó el tango con Gardel, en palabras de Alberto Gil, ilustradas por Fernando Vicente, pintor, ilustrador. Marilyn en Lexington Avenue con su ondulante falda sobre la rejilla del metro, Bogart en el club 21, Leonard Cohen en el Chelsea Hotel. Escenas "de película" pero con escenarios reales recreadas en "Espíritus de Nueva York" hasta un número de 25. Gentrificados en la actualidad, pero no otro es el destino del "material del que se hacen los sueños".