Una afgana perseguida por hablar

Malalai Joya tiene solo 30 años, pero su testimonio concentra toda la rabia acumulada durante toda una vida en la que ha sido perseguida. Cuando era una niña, la URSS invadió su país y tuvo que pasar su infancia en campos de refugiados de Pakistán e Irán. En 1998 regresó a Afganistán, donde organizaba clases para mujeres a escondidas de los talibanes. Ahora, lucha contra los fundamentalistas dentro de su país, que la tienen amenazada de muerte; pero también se rebela contra las tropas ocupantes, que bombardean a su pueblo y consienten la corrupción y los abusos contra los derechos humanos.