En 1811, con 40 años, Beethoven era muy famoso y muy interpretado en el Imperio austro-húngaro e Inglaterra. El Emperador Francisco I/II le encargó la música de El Rey Esteban, en que Beethoven conjuga sones señoriales con canciones populares (o sea, actualiza el espíritu de la Ilustración al Romanticismo).
Ese mismo año compone su Trío opus 97, dedicado a su amigo y discípulo el Archiduque Rodolfo de Habsburgo, hijo del Emperador. Beethoven evita los conflictos titánicos y practica un lenguaje sosegado, con su famosa técnica de la "derivación contrastante", en que los motivos musicales actúan como seres independientes y se transforman durante la acción. Sigue conjugando lo patricio con lo plebeyo en el Scherzo. Se vuelve contemplativo en el Andante (¿usa un tema de Friedrich Rust?). Y concluye pletórico con un rondó-sonata.
Beethoven tiene la capacidad de sacar el archiduque que llevamos dentro y hacernos bailar un Ländler popular de hermandad universal. Prodigioso Ludwig Van Beethoven.