Vuelve el exiliado más universal y más preferido durante los últimos 200 años. Chopin escribe como un exiliado antes de su exilio. Parece un exiliado, pero no de Varsovia sino del mundo, de la raza humana. Es "un ser de lejanías". Su encanto tan magnético, su "lamento de ángel", les ha hecho olvidar a ustedes su capacidad intelectual... ¡Hasta hoy!... Porque hoy, damas y caballeros, les será desvelado el potente procesador mental de Chopin. Una capacidad derivativa comparable a Beethoven y Brahms: un tema musical mutante y fluctuante, que unas veces impone autoridad clásica, otras suplica, otras se fragmenta y cada cacho vive su vida, otras se invierte, otras se retrograda, otras culebrea en ligerísimos arabescos... Y ¡todo procede de los dos primeros compases! (20 años tenía Fryderyk cuando urdió esta obra maestra.)