Tomamos la obra más conocidísima de Debussy, su Claro de luna de 1890, para indagar por qué Debussy no la quería publicar, y para acercarnos al Debussy milenial, que el Debussy adulto, revolucionario e idolatrado, rechazaba.
Por eso advertimos su genio creativo a los 18 años: Trío en Sol mayor (dos movimientos con verdadera empatía melódica). Y seguimos por su juventud: Suite de Orquesta (21 años), Intermezzo para violonchelo y orquesta (22 años), Arabesco nº1 y Reverie (saltamos a los 28 años y a las decoraciones "Art Nouveau"), y el Cuarteto (que es posterior, pero está en la frontera entre esta juventud medio romántica y su adultez "impresionista" y que tiene, según Falla, "españolismo inconsciente").
Y por fin damos el Claro de luna. Pertenece a la Suite Bergamasque (decimos un par de cosas de ella) y nos detenemos en el poema de Verlaine (de las Fiestas Galantes, 1869). Debussy refleja esa Edad de Oro mítica, pero "hermosa, serena y triste", con trazos musicales que pintan el "delicioso paisaje" del alma, las "máscaras y disfraces" que bailan tristes, y los "esbeltos juegos de agua entre las estatuas de mármol".
Quizá Debussy era una de estas máscaras. En todo caso, felices lunas transformadoras, queridas y queridos,,,