No es la "cuota", es LA CALIDAD: ¡¡Dora Pecjacevic es buenísssima!!... A la altura de cualquier maestro/a post-romántico/a. Concebía la composición musical como una liberación, o una forma de elevación sobre las miserias de este mundo. Su Sinfonía en Fa sostenido menor la concibió durante la Gran Guerra (1917) y la revisó en 1920. Es grandiosa, muy memorable. No se sabe si es una "sinfonía de guerra" o una sinfonía para huir del horror de la guerra. Empieza con un "grito" de la orquesta, con una desazón muy prolongada, y temas que se dilatan en la desazón... hasta que llega el Tema B, de esperanzas como montañas. Su desarrollo ¿wagneriano? ¿franckiano? es magistral, personalísimo. Y el final del primer movimiento es un titán doliente que quizá se transforma. Su segundo movimiento es una elegía tan solitaria como ella misma en aquella sociedad aristocrática húngara-croata. El Scherzo es un vals expansivo. Y el Finale nos revelará su "lejana cercanía", tan próxima a su muerte (1923, con 37 años), y tan próxima a la famosa carta de despedida que escribió a su esposo Ottomar Von Lumbe. Dora Pecjacevic, Kontesa Dora (como la conocen en Croacia), renunció a su clase social y criticó los vicios de la aristocracia a la que perteneció, horrorizada por su insensibilidad ante las atrocidades de la guerra. Es uno de esos seres únicos, desubicados por su grandeza en un mundo mezquino, portadora de una mirada magnífica, y de una aurora compleja y tal vez incomunicable. Imposible de obviar la memoria de Dora Pecjacevic...
Música y significado
DORA PEJACEVIC: Sinfonía
22/10/2022
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