Mozart la compuso ¡¡en cuatro días!!, en noviembre de 1783, cuando él y Constanze volvían de Salzburgo a Viena y pararon en Linz.
Mozart cita el Aleluya de Händel en su primer movimiento, pero ¿estaban las cosas para mucho aleluya?... Repasamos la estructura de la sinfonía...
...Y repasamos el salseo mozartiano: porque resulta que es que volvían de Salzburgo porque habían ido allí para suavizar las cosas ¡¡con Papá Leopold!! Leopold no tragaba a su nuera Constanze, ni ella a él tampoco. Mozart había cortejado a Constanze desde 1781, cuando estaba con El rapto del serrallo (ponemos el aria en que Belmonte suspira por Constanza -que así se llama "casualmente" la dama-). Leopold no aprobaba esa relación. Ellos se casaron en agosto de 1782 (él con 26 años y ella con 20), y Leopold ni siquiera fue a la boda. Por eso viajaron a Salzburgo un año después: para ablandar a Papá.
Pero nada. Así que se volvieron para Salzburgo y de camino, en Linz, a Mozart le pidieron una sinfonía y, como no llevaba nada, compuso una.
Es interesantísimo que esta Sinfonía "Linz" no tiene tragedia apenas: tiene lo que podríamos llamar "aplomo espiritual" o "aplomo estético". Es como si Mozart dijese: donde empieza la música, se acaban las miserias humanas. Es música de elegante reafirmación, del triunfo sutil del equilibrio. Es, como diría Henry Thoreau: "Cuando escucho música, no temo ningún peligro, soy invulnerable, no veo ningún enemigo"...