A Debussy el mar lo paralizaba cuando estaba cerca, pero le susurraba y le cantaba por las noches cuando estaba alejado de la costa, por las montañas de Borgoña en 1903. Su relación con el mar no era de héroes operísticos que lidiaban con las olas (repasamos Tristán e Isolda y El Holandés Errante de Wagner). Tampoco es un neoclásico, ni recupera ese mar/metáfora del Barroco (L'Olimpiade de Vivaldi, Ezio de Händel) ni del Clasicismo (Sinfonía "La Tempesta di Mare" de Haydn), y se aleja de las "marinas" iniciáticas románticas (La Gruta de Fingall, de Mendelssohn). Debussy, en medio de sus culebrones personales (el amorío con Emma Bardac, el intento de suicidio de Lilly Texier, la ruptura con Albéniz...) encuentra una sinfonía de fuerzas superficiales y fuerzas abisales en El Mar, encuentra un himno épico y fugaz, y una confrontación entre el viento y las poderosas olas, como proyecciones de su propia conciencia simbolista, aún por descifrar. (A ver si nos ayuda a descifrarlo la pianista y divulgadora Irene de Juan, a quien agradecemos su aportación hoy). Felices fuerzas marítimas y eólicas, queridas-os,,,
Música y significado
DEBUSSY: El Mar
14/08/2020
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