Ecologismo sacro, ecologismo dieciochesco, el oratorio "La Creación" (1808) es un inmenso canto de gratitud por la luz, los astros, las nubes, las tormentas, las flores, los animales e incluso los seres humanos. Basado en "El Paraíso perdido" de Milton, empieza con la representación del caos (cromatismos pre-wagnerianos), la aparición de la luz y la derrota de los espíritus tenebrosos (una fuga violenta). Hay símbolos musicales para todo: la "eterna noche", el nuevo mundo que surge... Los seis días de la Creación por el Todopoderoso son representados en tres partes. Oímos (casi vemos) las tormentas, el júbilo de los "ciudadanos celestes" (¿los ángeles?... ¿nosotros que lo presenciamos?...), las "montañas picudas", los ríos serpenteantes, las llanuras, hay incluso un prodigioso y lento amanecer coronado por el sol majestuoso. Hay rugidos de león, galope de caballo, mugidos bovinos, y la exultación de Adán y Eva. Curiosamente, Eva es la que guía ese dúo, porque Eva es la que toma la iniciativa en el Edén, para dar curso al nacimiento de la raza humana. Aunque luego hay otro dúo donde Eva queda más convencional (o sea, más sumisa). Inolvidable "Papá Haydn". Hijas de Eva: para recuperarnos de ese último dúo terminamos anunciando la obra teatral "Anónimas", con música de Sergio Assad interpretada a la guitarra por Teresa García Herranz.