Revisitamos la Primera Sinfonía de Mahler (1889), que contiene un retrato del mundo, o al menos del inmenso mundo del Mahler veinteañero, construido desde esa veladura de sobreagudos en el inicio, "despertar de la naturaleza", a través del cual divisa a lo lejos los sonidos de su niñez: las fanfarrias del parque de Iglau, el cuco de la primavera, los lamentos de su tragedia infantil, un himno de iglesia... El Niño primordial habita en Mahler y canta su canción mañanera ("De mañana, caminando por el campo", de su ciclo Canciones del Caminante) por el Bosque -también primordial- en que se despliegan temas amenazantes. Su inocencia casi haydniana va a someterse a ciertas enajenaciones. Mahler incluyó el movimiento "Blumine", que luego desechó por sentimentaloide. Y el Scherzo, que inicialmente llamó "A toda vela", es una canción de corro (basada en su canción "Hans und Grete"), de la juventud como ciclo, como bucle vitalista y distraído. Mahler refleja el crecimiento de Albano en la novela Titán de Jean Paul Richter, pero también de los versos de Hölderlin: "El héroe nunca olvidará su infancia". El encuentro con la Muerte (Mahler vio morir ¡¡a siete hermanos!!) lo tendremos la semana próxima. Pero también puede que venza el verso de Hölderlin: "Para los dioses eternos la vida siempre es plenitud". Ya veremos... Felices plenitudes, amigos-as.
Música y significado
MAHLER: Sinfonía "Titán" (1)
10/07/2020
55:39