Pues es que la terrible princesa Turandot empieza siendo lo más parecido a la Reina de Corazonesde Alicia en el país de las maravillas: "¡Que le corten la cabeza!". Decapita a sus pretendientes si no adivinan tres acertijos que ella les propone. Un arquetipo del ánima negativa, dirían los junguianos. Pero Puccini en su último año (1926) construye la más soberbia música de "deshielo del alma" que jamás se haya compuesto. Nuestra colaboradora habitual, la pianista y divulgadora Irene de Juan, nos descifra el verdadero enigma de Turandot y los cuatro mundos de esta ópera: 1) el sórdido-disonantepara la crueldad de la princesa; 2) el romántico apasionado para el príncipe Calaf y la infortunadaLiu (una revisión profunda de la Micaela de Carmen); 3) el chino tradicional para aquel pueblo fascinante, y 4) el cómico/bufo para los tres monigotes Ping, Pong y Pang. La mágica transformación la trae a través de la noche el mítico "Nessum Dorma" ("Que nadie duerma"), la victoria anticipada "de los que se atreven a soñar" (Irene de Juan). Y otra cosa: el triste destino de la esclava Liu, ¿es una proyección de aquella tragedia personal de Puccini con su criada Doria...? Potente e híper-emocional Puccini. (Por cierto, la versión hoy es de Plácido, Ricciarelli, Hendricks y la Wiener Philharmoniker dirigidos por Karajan).