Con Lux Aeterna de Morten Mauridsen homenajeamos al inolvidable José Luis Pérez de Arteaga. Y luego, la Fantástica de Berlioz, de 1830: ¿Qué es ese amor habitado por tantos monstruos y seres grotescos y delirios alucinatorios?… Examinamos el tema principal, la "doble idea fija", que empieza "noble y tímida" y acaba en una cadenilla de suspiros. El tema ya estaba en Herminia (1828). Berlioz hace una música llena de altibajos, alegrías sin rumbo, estallidos de furia y celos, ternura, consuelo religioso… Volvemos a contar su historieta con Harriett, incluyendo los aullidos de Berlioz, y la ambientamos con su Muerte de Ofelia. Comentamos los demás movimientos: "El baile", "Escena en los campos", "Marcha al patíbulo" y ese genial desvarío, el "Sueño de una noche de aquelarre", donde todo lo anterior (los murmullos primaverales, el vals, el consuelo religioso) encuentran su contrapartida sombría: extraños ruidos infernales, danzas bacanales, un siniestro Dies Irae. La amada se monstruifica en ser atroz, y toda la música también, como una gigantesca pintura negra. ¿Qué pasó después entre Berlioz y Harriett?… ¡Ah, lo ilusorio y lo real!… ¡Ah, los monstruos, nuestros monstruos que deambulan por nuestros sueños y a veces salen del armario!… Acabamos con swing berliozano: el Scaff de Alastair Wheeler. Felices sueños y felices realidades encantadas.