Todavía los ecos sombríos de aquella época nos susurran a través de los muros, monasterios, palacios, abadías, claustros... Cómo empezó todo, la diversidad de voces, la armonía, la polifonía: un canto romano del año 600, el organum del año 800, organum paralelo, melismático, florido... Dilatar la voz del gregoriano y ponerlo en la base: el Magister Leoninus; el organum como éxtasis, asombro, exultación y sombra dramática: Viderunt Omnes de Perotinus Magnus (1200 y pico). La técnica del discantus: la Abadesa Herrada de Landsberg (1100 y pico). El hermano del organum: el conductus, ejemplo: Gaudens in Domino. También el conductus se hizo profano y festivo: Veris ad Imperia, Stella Splendens del Llivre Vermell. Pero en el fondo de todo late un gregoriano, el "rígido orden teológico". Enfrente se mueven los goliardos casquivanos: Fas et Nefas de Chatillon. El camino hacia la "ciencia de los sentidos", más que de los astros, lo sentencia el motete: el Códice de las Huelgas, el motete franconio, el motete petronio. La muerte de los trovadores: Se fut in Mai de Moniot d'Arras. Y luego, la deriva del Ars Nova: Machaut con sus motetes isorrítmicos, el Ars Subtilior en Aviñón con Fumeux fume de Solage (1400) y su club de fumadores... Pero ¿qué fumaban?... ¡Si no se había inventado!... El 1400 preferirá el equilibrio y lo humano: Dies est Laetitia ("Es el día de la alegría"). Despedida con Douce Dame Jolie de Machaut en versión de folk australiano. ¡Feliz puente!