Quizá parece que Schubert andaba pletórico cuando compuso su Novena en 1825-26. Pero ¿qué siniestros augurios amenazaban su vida?... ¿Se puede afrontar un destino sombrío con tal vitalidad y con esa catarata de energía?... Muchas cosas podría enseñarnos el joven (y avejentado) maestro. Contamos cómo Schumann recuperó esta sinfonía, once años después de morir Schubert, mientras dormía en un trastero (la sinfonía, no Schumann))), y cómo la estrenó su amigo Mendelssohn. Se abre con el "tema del pórtico", cuyas tres notas clave reaparecen por la forma, como espíritus impulsores. Seguimos el asombroso primer movimiento. Y luego el segundo, con ese "cortejo ingrávido", los tres temas como compañeros inseparables, la sección central como un canto espiritual, y ¡¡el famoso colapso de la forma!!, en gritos y sonidos tendidos hacia las alturas. En el Scherzo hay quien ha visto una primitiva locomotora. En todo caso, Schumann sacó de ello una canción para su Diechterliebe. Y el Finale es un despliegue de optimismo vigoroso, arrollador, de gratitud al cielo por haberle concedido unos pocos años más de vida, aunque fuesen tres o cuatro: ¡¡eso era una bendición!! Schumann: "[Esta sinfonía] lleva el germen de la eterna juventud".
Música y significado
SCHUBERT: Sinfonía 9 "La Grande"
05/11/2022
59:02