No eran molinos. Clásicos de la literatura española   Cal y canto, de Rafael Alberti 06/12/2024 25:00

Apenas entre dos años despiertos, un hombre puede comenzar un mundo. Es lo que le sucede a Rafael Alberti entre 1926 y 1927 con Cal y canto. Estamos en el tiempo decisivo de la generación del 27: no sólo por el homenaje fundacional a Luis de Góngora en el Ateneo de Sevilla, sino por la escritura viva y fulgurante de los poetas que llegan para cambiar un tiempo. Góngora es el fuego, el magma que deslumbra en esas madrugadas compartidas al abrigo de brindis infinitos: pero hay también vibración íntima y personal en la escritura de Rafael Alberti, y ese impulso se va a cristalizar en Cal y canto. Es el neogongorismo de sus amigos bien llevado a la práctica -como en el poema del propio Alberti, Homenaje a Luis de Góngora y Argote, incluido en Cal y canto- pero también el enfoque vanguardista del joven poeta. Sin embargo, ¿ha habido tanto cambio radical, o sigue siendo el mismo Rafael? Para José Corredor-Matheos en Rafael Alberti, canto de siempre, “A pesar de lo que pueda haber en esta poesía de voluntaria y de intencionadamente artificiosa, todo responde a una necesidad. La evolución del poeta se abre a esta nueva etapa siguiendo cierta dialéctica. Es la respuesta al agotamiento de una temática y una actitud que tiene tanto de personal como de poética”. Su plasticidad cromática y verbal se va haciendo cuerpo en el poema, con la imaginación en la inmediatez actual, como en el Madrigal al billete de tranvía, entre lo mitológico y la ambientación, aún natural, que nos evocan varios libros anteriores. ¿Sólo es neogongorismo? ¿O es sólo poesía urbana?

No eran molinos. Clásicos de la literatura española
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