Vamos a navegar por ese mar en calma, a menudo rugiente por los vientos que levantan mareas de arenisca, con olas pedregosas en sus aguas de tierra, de Castilla, el ensayo lírico publicado por Azorín en 1912. José Martínez Ruiz, o Azorín para la vida literaria y periodística, es un poeta andador que cruza España no solamente para caminarla, sino para verla en su raíz. Como todos sus compañeros de la generación del 98, España no es un tema, sino el tema; y en Castilla, como territorio, se ve, se advierte o se presiente la síntesis brutal de sus carencias, pero también esa pureza prístina del alma que intentan encontrar. Se trata de salvarla, mientras se diagnostican sus simas y sus grietas, toda esa caída hacia el abismo que supone la pérdida de Cuba y Filipinas para la conciencia general del país. Nos dice el propio Azorín: “Se ha pretendido en este libro aprisionar una partícula del espíritu de Castilla. Las formas y modalidades someras y aparatosas han sido descartadas; más valor y eficiencia concedemos, por ejemplo, a los ferrocarriles -obra capital en el mundo moderno- que a los hechos de la historia concebida en su sentido tradicional y ya en decadencia. Una preocupación por el poder del tiempo compone el fondo espiritual de estos cuadros. La sensación de la corriente perdurable -e inexorable- de las cosas, cree el autor haberla experimentado al escribir algunas de las presentes páginas”. El autor nos está dando, en estas líneas, no solamente la intención del libro, sino una poética para toda su obra.
No eran molinos. Clásicos de la literatura española
Castilla, de Azorín
06/01/2023
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