Concha Méndez comparte con Manuel Altolaguirre el trabajo de imprenta y edición de las revisas 1616 y Caballo Verde para la Poesía, que dirigirá Pablo Neruda. El suyo es un amor entregado en la poesía y la vida. Son años de amistades profundas, con una juventud que todavía sigue siendo dueña de sus sueños. Pero en 1944, tras la Guerra Civil, ya en el exilio, Concha Méndez, Sombras y sueños. Se trata de noventa y siete poemas escritos en torno a la soledad íntima y el duelo, la resistencia y también el abandono, con la melancolía de la separación de Manuel Altolaguirre, que de alguna forma sigue siendo su compañero de vida. También aparece la patria perdida y el duelo por el fallecimiento de su madre, que morirá mientras Concha está escribiendo Sombras y sueños: como al propio Manuel Altolaguirre y otros poetas del exilio -pienso en otro gigante: Pedro Garfias- le resultará muy doloroso no poder despedirse de sus padres cuando llegue el momento de sus muertes. La riqueza no sólo formal, sino estructural y temática de Sombras y sueños, culmina con un canto de optimismo o de celebración, de esperanza y verso, con poemas de homenaje a poetas admirados por Concha Méndez. También resulta fácil admirarla a ella, por su intimidad honda en el lenguaje.
No eran molinos. Clásicos de la literatura española
Sombras y sueños, de Concha Méndez
22/12/2023
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